El próximo domingo se celebra en todo el mundo la Jornada Mundial de las Misiones, que en España llamamos Jornada del DOMUND. No es una jornada más; nos pone frente a la realidad de la Iglesia, y nos recuerda que no se puede entender a Cristo, sin su deseo de abrazar con su amor y misericordia a todos los hombres.
La Iglesia ha recibido el mandato de Señor: "Id por todo el mundo y predicad la buena nueva".
Sin duda alguna, la mayor ayuda con la que cuenta la Iglesia en esta tarea de evangelizar, es la que prestan con su vida, su apostolado, su palabra, su entrega, los misioneros… Han descubierto que este mandato no es una simple recomendación o petición. Es la expresión de una llamada personal, determinada, concreta al corazón, para que dejándolo todo se conviertan en heraldos de la Palabra y Persona del Señor.
El lema de este ario es una perfecta descripción de la exigencia que tienen que vivir los misioneros: «Sal de tu tierra»
A estos hombres y mujeres que ha oído la llamada del Señor a ser sus testigos, se les exige salir de su tierra, de sus hogares y de todo lo que esto implica…: sus planes, sus proyectos, las ambiciones personales nobles, las comodidades y afectos, sus seres queridos y amistades.
"Sal de tu tierra" son palabras fáciles de decir, pero que implican a toda la persona y la vida entera.
Pido a la Virgen de la Almudena que la Jornada del DOMUND sea un momento grande para que la Diócesis de Madrid viva la misión y renueve su espíritu misionero. Que ella fortalezca el ánimo de los jóvenes que se plantean la vocación misionera y que a los que vivimos nuestra fe en la diócesis nos ayude a sentir el peso de la misión que Jesús nos ha encomendado. ¡Que Dios os bendiga!
(Extracto de la carta del Sr. Arzobispo)