Nos comprometemos a ser profetas



1.Primera sesión de catequesis, encuentro inicial.
2.Segunda sesión de catequesis: “QUEREMOS CONOCER A JESÚS”.
3.Tercera sesión de catequesis: “QUEREMOS CONOCER A JESÚS” (Continuación).
4.Cuarta sesión de catequesis: “DIOS ELIGIÓ UN PUEBLO: LA HISTORIA DE ABRAHAM”.
5.Quinta sesión de catequesis: “DIOS HIZO UNA ALIANZA CON SU PUEBLO: LA HISTORIA DE MOISÉS”.
6.Sexta de catequesis: “DIOS HIZO UNA ALIANZA CON SU PUEBLO: LOS MANDAMIENTOS”.
7.Séptima sesión de catequesis: “DIOS HABLÓ POR MEDIO DE LOS PROFETAS”.

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1. Primera sesión de catequesis, encuentro inicial

Para iniciar nuestros encuentros catequéticos realizamos unas dinámicas de conocimiento del grupo, facilitamos así además la acogida e integración de los niños que vienen por primera vez.

Juegos y dinámicas de conocimiento del grupo:

A) Patata caliente
Se ponen en círculo pasándose una pelota rápidamente, cuando la catequista da una palmada, el niño que tenga la pelota se presenta.
Si a alguno se le cae, los demás le hacen una pregunta.

B) Carta al tío de América
«Un tío vuestro marchó a América antes de que vosotros naciéseis, y vuelve ahora. No lo conocéis, así que ¿cómo os reconocerá cuando salgáis a recibirle al aeropuerto? 
Vais a escribirle una pequeña carta dándole una descripción de vuestra personalidad, no de vuestro físico o de cómo vais vestidos; sino de vuestras aficiones, qué es lo que hacéis, lo que os preocupa, los problemas que tenéis, qué pensáis de las cosas, cómo os divertís…».

Una vez hecha la carta, se deja en el centro. Los compañeros cogen cualquiera menos la suya y la van leyendo, y una vez terminado, el dueño de la carta dirá en voz alta “esa es mi carta”.

C) ¡Pi, Pi, subamos al tren!
«Revisor me llamo… (Catequista) y yo…, y yo…, y yo… (Se van apuntando todos los niños).
Queremos subir a este tren tan especial, pero nos falta alguien (nos damos todos las manos y decimos): Él también quiere subir al tren y estar a nuestro lado, y nosotros al lado de Él. ¿Quién es?»

El nombre kilométricoD) El nombre kilométrico
Los niños se sientan en círculo o alrededor de la mesa, y van diciendo los nombres de la siguiente forma:

Yo soy Luis, ella es Ana.
Yo soy María, él es Luis, ella es Ana.
Yo soy Juan, ella es María, él es Luis, ella es Ana.
Yo soy David, él es Juan, ella es María, él es Luis, ella es Ana.
Yo soy Antonio…
Yo soy Rosa…
Yo soy pablo… ella es Ana.

A continuación utilizamos unas dinámicas para reforzar este conocimiento:

E) Gira la rueda
Todos los niños se disponen en círculo cogidos de la mano, uno en medio y la catequista. A la señal todos giran a su alrededor, transcurridos unos segundos la catequista tapa los ojos con la mano al niño que está en medio. Dice a uno que está en el círculo que se esconda.

Una vez escondido, todos los niños empiezan a girar rápidamente alrededor del que está en medio y éste con los ojos destapados tiene que saber en unos segundos qué compañero falta.

F) Quien calla paga
Los participantes en círculo y uno en el centro. La catequista da el nombre de una persona del círculo, ésta debe decir el nombre de otro antes de ser tocada por la que está en el centro, y así sucesivamente. En caso de ser tocado antes de responder pasa al centro.

  • A continuación, cada niño piensa en una FRASE DE BIENVENIDA a los NUEVOS COMPAÑEROS.
  • Entre todos inventan una FRASE DE BUEN COMIENZO DE CONVIVENCIA y un BUEN PROPÓSITO para este año.
  • Tras una lectura de la catequista el grupo elije una frase, en esta ocasión fue la siguiente:

“Así pues, dispuestos a hacer lo que Jesús nos mande en cada momento, juntos vamos a ir avanzando en este camino de la catequesis para estar más cerca de Jesús, al tiempo que sentimos en nuestro corazón que Él también está muy cerca de todos y cada uno de nosotros.
Por Jesús, llegaremos a Dios padre, y Dios, nuestro padre, con el Espíritu Santo nos harán conocer muy bien a Jesús”.

–Terminamos la catequesis dándole gracias a Dios por nuestro grupo, y rezando un Padre Nuestro y un Ave María a nuestra madre.

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2. Segunda sesión de catequesis: “Queremos conocer a Jesús”.

Comenzamos con un cuento para que los niños reconozcan el valor de la familia. Además del valor de la familia, intentamos hacerles ver la importancia que en una familia tiene el amor, la alegría, la ayuda, el bien, los lazos familiares, la convivencia, el perdón…

Para ello después de narrar el cuento hacemos una serie de preguntas creando así un diálogo para la buena comprensión del mismo y su enseñanza.

Cuento «La fuerza del amor en la familia»

Hace mucho tiempo existió un niño muy pero que muy malvado, llamado Alipio, que se fugó de su casa pues creía que sus padres no le querían, así es que como él era muy infeliz, odiaba la felicidad de otros.

Ideó un plan para acabar con todas las familias del mundo inventando muchas máquinas para intentar de separarlos.
Inventó un gas que quitaba las ganas de estudiar y trabajar, pero fue en vano, pues hizo que las familias estuvieran juntas más tiempo, ya que nunca salían de casa. Construyó otra máquina que reducía las casas, las hacía más pequeñas, de un solo cuarto, pero las familias se apretaban en menos sitio. Hizo que desapareciera la comida, pero igualmente las familias compartían lo poco que tenían. También hizo que perdieran el habla, pero fracasó al igual que los otros inventos, pues se entendía con señas y caricias.

Creó otra máquina que hizo que cambiara el clima y que tuvieran demasiado frío, y lo único que consiguió es que se abrazaran más entre ellos para calentarse. Y así, continuó con sus maldades tanto de separarles, pero nada dio resultado. Y lo que más le molestaba es que todos se resistían, sin importar cuántas personas había en cada familia. Pobres, ricos, grandes, pequeños, niños, jóvenes o ancianos, todos permanecían juntos.

Hasta que finalmente descubrió cuál era la fuerza de todas las familias: TODOS SE AMABAN, y no había forma de cambiar eso. Y aunque trató de inventar algo para destruir el amor, no lo consiguió, y triste por no acabar con la felicidad en el mundo, se rindió y decidió regresar a casa para ver a sus padres, llorar, pedirles perdón y contarles lo ocurrido. Y a pesar de todas las maldades que había hecho, sus padres que nunca dejaron de amarlo, corrieron a abrazarlo y besarlo, y lo perdonaron, lo animaron a ser bueno, y le pidieron que, por favor, volviera todo a la normalidad.

Recordad que… en la Parábola de Hijo pródigo hasta el hijo más malo puede volver a casa y ser perdonado por sus padres. Tened en cuenta que la FUERZA DEL AMOR EN LA FAMILIA es lo único que nos da dicha y felicidad.

Después, los niños hablan de su propia familia y se fijan en el dibujo del libro (pág. 7) realizando ese ejercicio.
Por último explicamos el ÁRBOL GENEALÓGICO: ¿qué son las generaciones? ¿qué son los familiares ascendientes y descendientes? y elaboramos un árbol genealógico común con los datos de todos los niños del grupo. Les Avisamos previamente para que pidan a sus padres la información necesaria para poder completar el árbol hasta los bisabuelos (cuatro generaciones).

¡Así quedó nuestro árbol genealógico!

Nuestro árbol genealógico
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3. Tercera sesión de catequesis: “Queremos conocer a Jesús” (continuación)

En esta catequesis los niños comprendieron que Jesús como cualquier otro hombre tuvo una familia y también tiene sus generaciones que le habían precedido.

Para ello los niños leen poco a poco el texto verde de la página 9 de su libro de catequesis. Conforme llegan a las ciudades importantes en la biografía de Jesús hacemos una parada para explicar dónde estaban esas ciudades, por qué eran importantes, y los niños unen cada ciudad en el mapa de la parte superior de su libro con su foto respectiva.
Así sucesivamente con cada ciudad.
Del texto remarcamos la importancia en estos aspectos:

  • Jesús cuyo padre era José, era el hijo de Dios. En ese momento les podemos decir que lo entenderán más adelante al ver la genealogía de Jesús.
  • En su genealogía aparecen reyes como el Rey David, su hijo Salomón y al mismo tiempo gente humilde como José y María.
  • Comentamos que la palabra nazareno viene de haber vivido en Nazaret.
  • Jerusalén, capital de Israel, ciudad donde murió.

Comprendido el texto los niños realizan el ejercicio de la página 10 sin ayuda de la catequista.

A continuación hacemos un esquema de la genealogía de Jesús, sacado del evangelio de Mateo 1: 2-16.

 

Árbol Genealógico de Jesús

Jesús también fue llamado SALVADOR, CRISTO o MESÍAS.
Es el hijo de Dios, es el Salvador, es el Cristo.

Les revelamos alguna curiosidad sobre alguno de los antecesores de Jesús como por ejemplo:

  • Abraham (gran FE).
  • Isaac: es el hijo de la promesa y también el protagonista del sacrificio que Dios pedía.
  • Jacob: bendecido por Isaac en vez de a su primogénito (Esaú), por eso Dios es llamado Dios de Abraham, Isaac y Jacob.
  • El Rey David: guerrero valiente, líder notable, con devoción religiosa a toda prueba, considerado por los profetas el modelo de Mesías prometido.
  • José: ofreció su vida al servicio, cuidado y protección de Jesús y María. Hombre muy humilde, era carpintero.
  • María: madre de Jesús, el hijo de Dios hecho hombre. Madre de misericordia y ternura. Siempre acompaña. Madre de la Iglesia. No dudó en ningún momento en decir Sí en la Anunciación.

–Para terminar y enlazando la misión y la importancia del salvador Jesucristo, y aprovechando que en esas fechas se aproxima el DOMUND, vemos un vídeo, cuyo protagonista es un sacerdote que sale a anunciar y a llevar a los demás a Jesús sobre todo a aquellos que más lo necesitan. Los niños reflexionan sobre lo que han visto contestando una serie de preguntas para su mejor comprensión.

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4. Cuarta sesión de catequesis: «Dios eligió un pueblo: la historia de Abraham»

Para esta catequesis los niños traen un juguete, un libro, un recuerdo, fotografía, dibujo… que para ellos sea muy significativo y le tengan especial cariño.

Durante esta sesión cada niño comparte con el grupo la relación/vínculo con su objeto en particular: ¿quién te lo regaló? ¿cómo lo obtuviste? ¿para qué lo utilizas? ¿cuánto tiempo pasas con él? ¿piensas en él constantemente?

Después de esta experiencia, vamos leyendo a historia de Abraham ,despacio, sin ninguna prisa para que los niños la entiendan bien y la catequista muestra poco a poco el siguiente esquema:

Árbol genealógico de Jesús desde Teraj, padre de Abraham

Los niños subrayan como importante el último párrafo de la página 15:

“Todos nosotros, los que creemos en Jesús somos también descendientes de Abraham. Por eso decimos que Abraham es nuestro padre, nuestro padre en la fe; porque Abraham fue el primero en creer en Dios y obedecerle”.

A continuación BAJAMOS A LA CAPILLA donde nos encontramos con los padres:

Catequista.- “todos hemos traído algo que para nosotros es muy importante y hemos dicho el porqué”

Y… lo compartimos con las familias:

“todos hemos traído algo que para nosotros es muy importante y hemos dicho el porqué”

Pedimos a los niños que se acerquen al altar y, como Abraham, ofrezcan sus objetos al señor. Cuando los niños se sientan, contamos que van a estar muy alegres y felices por lo que han hecho, porque todos esos objetos irían destinados a gente que realmente lo necesitaba (gente más pobre).

Catequista.- ¿estáis dispuestos? (Les observamos para comprobar de esta forma si su confianza y fe eran similares a la de Abraham o tenían alguna duda).

¡Cumplimos el objetivo, nadie puso ninguna pega, todos quisieron ofrecer su objeto particular, ellos fueron todos juntos, ABRAHAM!

"Dios eligió un pueblo: la historia de Abraham"

–Terminamos la catequesis dándole gracias a Dios por nuestra fe, y rezando un Padre Nuestro.

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5. Quinta sesión de catequesis: «Dios hizo una alianza con su pueblo: la historia de Moisés»

Comenzamos la catequesis diciendo a los niños que nosotros no vamos a contar la historia, sino que ellos van a ser los protagonistas. Dividimos la historia de Moisés en tantas partes como niños halla. Cada niño comprende y lee su texto para explicárselo al grupo a continuación.

Nos ayudamos de una serie de preguntas que hemos preparado para llegar a las siguientes conclusiones:

  • Se cumplen los planes de Dios y Abraham tiene una gran descendencia.
  • Israel es un pueblo perseguido por ser un pueblo unido.
  • Moisés ayuda a su pueblo, aun siendo educado como egipcio (importancia de sus raíces judías).
  • Dios visita a Moisés (Fe, confianza) le pide una omisión igual que a Abraham.
  • Moisés lucha por la liberación de su pueblo (plagas).
  • Dios ayuda a su pueblo a atravesar el Mar Rojo.
  • Llegada al Monte Sinaí de los israelitas. Dios entrega los 10 mandamientos. Alianza de Dios con su pueblo y ellos cumplen la ley.

Moisés

Los catequistas, finalizamos con la iluminación diciendo:

“Dios ha querido lo mismo para nosotros

-Dios ha querido hacer una alianza con los hombres.

-Nos muestra su amor de muchas formas:

Creación del mundo.
Creación del hombre ofreciéndonos su amistad
Nos envía a su Hijo Cristo.

-Jesús nos ha dado a conocer a Dios para que nos fiemos de ÉL, y fiándonos de ÉL, le obedezcamos.

Para los judíos la Salvación era la Tierra Prometida para nosotros la Salvación es Cristo, Hijo de Dios”.

Los niños realizan un trabajo: cogen una hoja, la doblan por la mitad, dibujan en ese folio Las Tablas de la Alianza y escriben los 10 números de los mandamientos. Continuará…

Tablas de los 10 mandamientos
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6. Sexta sesión de catequesis: «Dios hizo una alianza con su pueblo: Los Mandamientos»

Iniciamos esta catequesis con el ejercicio que había quedado pendiente. Los niños van copiando los mandamientos por orden y cada vez que copian uno de ellos, les explicamos su significado e importancia (iluminación).

Primer mandamiento: “Amarás a Dios sobre todas las cosas, lo amarás con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”.
Porque Dios es nuestro Padre, quiere establecer con nosotros una relación humana de padre e hijo. Quiere hacernos felices y sólo es posible desde el amor.

Segundo mandamiento: “No tomarás el nombre de Dios en vano”.
No se puede amar a Dios y no respetarlo.

Tercer mandamiento: “Santificarás las fiestas”.
El Domingo es un regalo de Dios, día para dedicarlo a Dios, a  las familias, al descanso, a hacer algo por los demás.

Cuarto mandamiento: “Honrarás a tu padre y a tu madre”.
Lo esencial de cada familia es el amor. Honrar es respetar, obedecer, admirar, agradecer, querer, ayudar…

Quinto mandamiento: “No matarás”.
Se debe de respetar el derecho a la vida. Llegará el momento de nuestra muerte pero eso está en manos de Dios.

Sexto mandamiento: “No cometerás actos impuros”.
El amor es total en alma y cuerpo.

Séptimo mandamiento: “No robarás”.

Octavo mandamiento: “No dirás falso testimonio ni mentirás”.
Ser fiel a la verdad, respetarla, defenderla.

Noveno mandamiento: “No consentirás pensamientos ni deseos impuros”.

Décimo mandamiento: “No codiciarás los bienes ajenos”.
Dios invita al desprendimiento para que tu corazón sea feliz y no sea esclavo de los bienes materiales.

Se resumen en… AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO.

A continuación narramos un cuento llamado “El cofre del vidrio roto”.

El cofre del vidrio roto

Érase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo. Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar. Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con sus padres una vez por semana.

El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos.

-No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga.

Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan.

A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le pidió que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero y le pidió todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera.

El anciano se llevó el cofre a casa, lo llenó hasta el tope de vidrios rotos, le echó llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los pies.

-¿Qué hay en ese cofre? -preguntaron mirando bajo la mesa-

-Oh, nada -respondió el anciano-, sólo algunas cosillas que he ahorrado.

Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo.

-Debe estar lleno con el oro que ahorró a lo largo de los años -susurraron.

Deliberaron y comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, y así podrían cuidar también de él. La primera semana el hijo menor se mudó a la casa del padre, y le cuidó y le cocinó. A la semana siguiente lo reemplazó el segundo hijo, y la semana siguiente acudió el mayor. Así siguieron por un tiempo.

Al fin el anciano padre enfermó y falleció. Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabían que una fortuna les aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podían costearse un gasto grande con el viejo.

Cuando terminó la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron en cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos.

-¡Qué triquiñuela infame! -exclamó el hijo mayor-. ¡Qué crueldad hacia sus hijos!

-¿Pero qué podía hacer? -preguntó tristemente el segundo hijo-. Seamos francos. De no haber sido por el cofre, lo habríamos descuidado hasta el final de sus días.

-Estoy avergonzado de mí mismo -sollozó el hijo menor-. Obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos pequeños.

Pero el hijo mayor volcó el cofre para asegurarse de que no hubiera ningún objeto valioso oculto entre los vidrios. Desparramó los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre. Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripción, que el padre les había dejado en el fondo: honrarás a tu padre y a tu madre.

(Citado por William J. Bennett. El libro de las virtudes)

Para la mejor compresión planteamos una serie de preguntas a los niños preguntas llegando al final a la pregunta clave:

Catequista.- ¿cuál es el mandamiento que en  este cuento no se cumple?…  Dialogamos con los niños

Rezamos juntos con la oración del libro página 23 y reaizamos una pregunta:

Catequista.- ¿en qué frase o párrafo de esta oración el Señor ofrece los mandamientos a los hombres? Les pedimos que la subrayen

–Terminamos la catequesis de forma alegre y con esperanza cantando “Tu palabra me da vida”.
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7. Séptima sesión de catequesis: «Dios habló por medio de los profetas»

Explicamos el significado del título de esta sesión ayudándonos de las siguientes preguntas:

  • ¿Quiénes fueron los profetas?
  • ¿Qué predicaron los profetas?  
  • ¿cómo se llamaban algunos de los profetas?
  • ¿Con qué fin se reveló Dios a los profetas?

Para que los niños logren encontrar respuestas realizan esta ACTIVIDAD:

Se dividen en dos grupos, a un grupo se le entrega la cita de Jeremías 1, 4-9, y al otro grupo el texto de Ezequiel 37, 21-23.

Los niños tienen que leer detenidamente el texto y una vez leído deben elegir a un componente de cada grupo para que actúe, uno como el profeta Jeremías y el otro como el profeta Ezequiel.

Para que comprendan bien los textos hacemos preguntas llegando a la conclusión de que…

Los profetas fueron personas a las que Dios llamó para hablar en su nombre al pueblo de Israel. Proclamaron y alabaron la salvación de Dios, y denunciaron con gran valentía los pecados y la infidelidad a la Alianza.

Dios se reveló a los profetas para que preparasen a los hombres para acoger la salvación de Jesucristo.

Y… además… los niños junto a su profeta se acercan al despacho del párroco, y cuentan cada cita. Así viven y sienten lo que los verdaderos profetas tuvieron que afrontar en su momento, es decir, hablar del Señor ante personas que desconocían y a las que tenían que atraer a la Fe de la Salvación.

El sacerdote les hizo algunas preguntas, no sólo como sacerdote sino cumpliendo el papel de pueblo al que los profetas se tuvieron que acercar y hacerse oír.

A continuación BAJAMOS A LA CAPILLA donde nos encontramos con los padres:

Juntos reflexionamos sobre el sentido de la actividad y planteamos estas preguntas:

Catequista.- A saber, ¿los bautizados son profetas?

¿al ser bautizados tenemos la obligación de anunciar la salvación?

¿hemos de denunciar el pecado?

¿pensáis que nos tenemos que acercar a los pobres y a los que sufren?

¿hemos de tener el propósito de no hacer el mal? y…

¿tenemos que aceptar humildemente las correcciones que nos hagan?

¡SI NUESTRO COMPROMISO ES FIRME EN ESTA FORMA DE VIVIR, SERÉIS PROFETAS!.

–Finalizamos leyendo en forma de salmo la canción del testigo página 29 del libro.

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