Celebración de la entrega del Evangelio


Con el fin de que esta celebración sea entendida bien por los niños, indicamos a cada uno lo que tiene que hacer y en qué momento debe participar. Se ensayan cantos de la celebración como: “Tu palabra me da vida” y “Testigos”; y se les recuerda el significado de la palabra Evangelio, que es lo que van a recibir.

Si no dais testimonio de mí, dice el Señor, ¡YO NO EXISTO!

Celebración 

RITOS INICIALES

  • Monición

Catequista: Hemos aprendido que la Palabra de Dios es mucho más que un libro. En ella, Dios mismo se comunica con nosotros, para que podamos responderle, conocerle y amarle.

Por eso, la Iglesia os entrega la Biblia, con el deseo de que abráis vuestro corazón a Dios y pidiéndole que siembre en vosotros la buena semilla de su palabra.

  • Oración

Sacerdote: Señor, tú nos has regalado el inmenso tesoro de tu palabra. Haz que, reunidos hoy en tu nombre, la acojamos con humilde corazón y nos alimentemos cada día de ella.

LITURGIA DE LA PALABRA

Entrada solemne de la Palabra de Dios.

Varios niños, con velas encendidas, vienen desde el fondo del templo acompañando al lector que lleva la Biblia en alto.

Los niños tras hacer la inclinación de cabeza delante del altar, colocan las velas encima del altar; a excepción de dos que se quedan de pie junto a él. Mientras, entonamos el canto.

  • Canto: Tu Palabra me da vida, confío en ti Señor. Tú Palabra es eterna, en ella esperaré.

Dichoso el que con vida intachable camina en la ley del Señor.

Dichoso el que guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón.

  • Primera lectura

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles (hechos 2, 41-42, 44).

«Los que aceptaron sus palabras se bautizaron. Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común».

Palabra de Dios.

  • Evangelio

Lectura del Evangelio según San Mateo (Mt 7, 21.24-27)

«En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre.

Así pues, el que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, es como aquel hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y se abatieron sobre la casa, pero no se derrumbó porque estaba acimentada sobre roca.

Sin embargo, el que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, es como aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, se abatieron sobre la casa y ésta se derrumbó; y su ruina fue grande».

Palabra del Señor.

  • Breve homilía

Celebración de la entrega del EvangelioENTREGA DE LA BIBLIA

Los niños, invitados por las catequistas, se colocan delante del altar y el sacerdote les presenta la Biblia a cada uno haciendo el siguiente diálogo:

Sacerdote: N, recibe la Palabra de Dios y hazla vida.

Niño: Tu palabra me da vida. Confío en ti, Señor.

Cada niño pone la mano sobre la Biblia diciendo las palabras anteriores para acoger la Palabra de Dios.

Terminada la entrega, el sacerdote se dirige a todos los niños.

Sacerdote: Acabáis de recibir la Palabra de Dios, por la que siempre os debéis guiar.  ¿Estáis dispuestos a leerla y a seguir viniendo a la catequesis y a la Eucaristía para escuchar y entender mejor lo que Dios nos quiere decir; y cómo hemos de hacer vida su mensaje?

Niños: Sí, vendremos a la catequesis y a la celebración de la Eucaristía, donde escucharemos la Palabra de Dios.

Después se dirige a los adultos, les indica que se pongan de pie y les dice:

Sacerdote: En cuanto a vosotros, los adultos aquí presentes, debéís estar muy atentos al crecimiento de estos niños en el conocimiento del Señor y ofrecerles el apoyo de vuestro cariño, de vuestro testimonio y de vuestra oración. Por ello, ¿estáis dispuestos a escuchar con mayor atención a Dios, a vivir con mayor fidelidad y a comunicar a estos niños los que nos transmite la Palabra?

Todos: Sí, estamos dispuestos.

Celebración de la entrega del Evangelio a los niños de catequesis de Primera Comunión

PRECES

Te damos gracias, Padre, porque al igual que hablaste a Abrahán, a Moisés y a los profetas, también nos has hablado a nosotros por medio de tu Hijo, que es tu Palabra, así te hemos conocido a Ti y al que Tú nos has enviado, Jesucristo.

Te damos gracias, Señor.

Te damos gracias, Jesús, porque elegiste a los Apóstoles, a quienes enviaste por todo el mundo para que predicaran el Evangelio; les diste, además, tu Espiritu Santo para que lo anunciaran con valentía y no se cansaran a pesar de las muchas dificultades que encontraron para cumplir con la misión que les encargaste.

Te damos gracias, Señor.

Te damos gracias, Jesús, por habernos traído la Buena Noticia, el Evangelio por el que sabemos que somos hijos de Dios, hermanos los unos de los otros, y que estamos destinados a estar contigo en el Reino de tu Padre celestial.

Te damos gracias, Señor.

Te damos gracias, Jesús, porque nuestros padres nos han invitado a venir a la catequesis, para que conozcamos mejor tu Evangelio; y, también, te damos gracias porque nuestros catequistas nos enseñan a ponerlo en práctica y a vivirlo.

Te damos gracias, Señor.

Te pedimos que este Evangelio que hoy hemos recibido lo leamos y escuchemos atentamente, nos llegue a lo profundo del corazón y nos haga ser felices, como lo fueron la Virgen María, San José y todos los santos que creyeron en Jesús y pusieron en práctica sus enseñanzas.

Te lo pedimos Señor.

Te pedimos que el Evangelio, la Buena Noticia de la Salvación, al igual que nos ha llenado de alegría a nosotros, alegre también el corazón de los pobres, de los que pasan hambre y sed, de los perseguidos, de los que no tienen casa ni vestido, pues ellos fueron los primeros a quienes Jesús quiso hacer partícipes del Reino de Dios.

Te lo pedimos Señor.

Sacerdote: Dios y Padre nuestro, que tanto nos has amado que nos enviaste a tu Hijo, Jesucristo, para que nos mostrara el camino que nos conduce hacia a Ti; danos tu Espíritu Santo para que creamos en el que Tú nos has enviado, y alcancemos así las promesas que hemos conocido por medio del Evangelio. A Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

DESPEDIDA

Sacerdote: Os lleváis a vuestra casa, un preciado tesoro: la Palabra de Dios. Leedla sólos y en familia y pedid a Jesús que os ayude a hacer lo que Él os dice. No olvidéis que Dios es amor y comunica amor.

  • Bendición y despedida

Canción final “Testigos”:

Nos envías por el mundo

a anunciar la Buena Nueva (bis).

Mil antorchas encendidas

y una nueva primavera (bis).

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