Comenzamos con una breve intervención de la catequista que lee a los niños un texto en el que todo lo que se dice va dirigido a la persona de la Virgen María.
María, la joven de Nazaret, nos dice:
“Escucha la Palabra de Dios, he aquí la esclava del Señor y responde sí”
La figura de María, fiel esclava del Señor, es en quien se cumple el plan salvífico. Ella es la verdadera “arca de la Alianza” en cuyo seno virginal se encarna el Verbo Divino. Ella brilla por su disponibilidad perfecta a la acción del Espíritu Santo.
Este “Hágase en mí” de María ha decidido, desde el punto de vista humano, la realización del misterio divino.
Para la explicación del texto remarcamos estos datos claves de María:
Escucha la Palabra de Dios y responde Sí
Es el Arca de la Alianza
Encarna al Verbo Divino, Jesús
El Sí de María es el Hágase en mí
A continuación, los niños siguen completando la cuna para ese niño tan esperado. Esta semana colocan el trozo de cuna donde aparece la imagen de la Virgen María respondiendo ese firme sí al ángel.
ORACIÓN EN GRUPO: CINCO MOMENTOS CON MARÍA: ¡ Dios te saluda, María!
Continuamos con un rato de oración participativa en grupo, dependiendo del número de asistentes, tanto niños como padres y madres, van leyendo y compartiendo con todos. En ella, se recorren todos los momentos claves de la Virgen: Anunciación, Visitación, Nacimiento de Jesús, Calvario y Cielo.
(Oración para todos los días)
María, te ofrecemos nuestro trabajo, nuestras inquietudes e ilusiones.
Queremos ser amigos fieles como tu hijo Jesús.
Queremos pensar en los más necesitados y vivir como hombres nuevos, compartiendo nuestras vidas y creando fraternidad.
Amén
- Primer momento: ANUNCIACIÓN. Estar disponible para todo
“Entró el ángel en su presencia y le saludó así: DIOS TE SALVE MARÍA, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO”
Dios pidió tu consentimiento para ser Madre de Dios y Tú dijiste Sí. Dijiste que sí a todo: a las alegrías de Belén y a las penas de la muerte de Jesús. Gracias, Madre, porque dijiste que sí.
Nosotros tenemos también nuestras “Anunciaciones”, unas son alegres (un día de fiesta, una buena nota…), otras son tristes (un insuficiente que no esperábamos, una riña en casa…) Con estas anunciaciones de gozo y de dolor vamos construyendo nuestra vida.
Ayúdanos, Madre, a ver en cada anunciación la mano de DIOS y ayúdanos a saber decir Sí lo mismo que Tú.
COMPROMISO: Decir a Dios que Sí en las “anunciaciones” que hoy me vengan (como una buena noticia, una incomprensión, una alabanza, una riña)
- Segundo momento: VISITACIÓN. El servicio a los demás
“María se puso en camino y fue con rapidez a la montaña, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”
Te enteraste, Madre, de que tu prima iba a tener un hijo. Nadie pidió tu ayuda; pero te presentaste en su casa. Sabías que te necesitaban en aquellos momentos. Hay ocasiones en que un compañero mío necesita mi ayuda.
Son los apuntes que no pudo copiar por estar enfermo: es la explicación de un problema que no acaba de entender; es defender a un compañero marginado y atacado injustamente por otros de la clase… Y él no me pide ayuda, pero yo sé que la necesita y que la agradece.
Enséñame, Madre, a obrar como Tú, porque también en mi vida se producen “visitaciones”, como la tuya.
COMPROMISO: Hacer una obra buen con algún compañero, familia, amigos…
- Tercer momento: NACIMIENTO. Estimar la pobreza de María
“Y dio a luz a su hijo primogénito y le acostó en un pesebre”
Aquel día del nacimiento de tu hijo experimentaste a fondo lo que es ser pobre de verdad. Nadie os presentó su casa, tuvisteis que alojaros en una cueva del monte. Y en aquel rincón olvidado nació Jesús.
También hoy sigue naciendo Jesús en las chabolas de las grandes ciudades. También hoy puedo encontrarme con gente que necesita ayuda. Yo podré comer turrón estas Navidades, pero otros tal vez no puedan comer pan o las pasarán a la intemperie, bajo una tienda de campaña o un vagón de ferrocarril, como los afectados de los terremotos y los transeúntes.
Haz, Madre, que al socorrer a cualquier pobre me acuerde del Nacimiento de Jesús en la Cueva de Belén.
COMPROMISO: Hoy voy a ayudar a alguien cercano, a compartir algo que me gusta con mis amigos, con mis hermanos…
- Cuarto momento: CALVARIO. Soportar con paciencia los sufrimientos
“Estaban junto a la Cruz de Jesús su Madre…”
Ahora es cuando estás más cerca de Él, Madre. Has llegado hasta el final del Vía Crucis, que es la calle larga que recorre el mundo de parte a parte, a la que nos asomamos todos antes o después.
Todos llevamos nuestra pequeña cruz: la cruz del estudio, la enfermedad, de una riña, de una incomprensión.
Hoy te pedimos, Madre, que nos enseñes a llevar con garbo la cruz y que cuando muramos estés Tú junto a nosotros.
COMPROMISO: Llevar con paciencia y alegría las dificultades del día de hoy.
- Quinto día: CIELO. Estar siempre alegres y contentos
“Y María fue llevada al cielo”
Madre, hoy te pedimos que nos llenes de alegría. Enséñanos a estar siempre alegres, y que esta alegría la llevemos a nuestros padres, amigos, profesores, a todos los que nos encontremos por la calle. Empápanos de tu alegría, Madre.
COMPROMISO: Fomentar la alegría en casa, en el cole, en la calle…
Terminamos este momento de oración y reflexión con un Ave María, Bendita sea tu pureza.
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día, alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
No me dejes,
Madre mía.
Amén
y por último cantamos “Tengo en casa a mi mamá”.