Índice:
1.Tiempo de vigilar, tiempo de cambiar (1ª y 2ª semana)
2.Tiempo de alegrarse, tiempo de esperar (3ª y 4ª semana)
1.Tiempo de vigilar, tiempo de cambiar
Llega el tiempo de Adviento y la Iglesia se pone en marcha para acoger la Luz que llega. No nos podemos dormir, hemos de despertar y vigilar, porque está muy cerca la venida, es tiempo de cambiar, de convertirse, de estar alegres en la esperanza y de disponerse a acoger como María: ¿ pero esta verdad la saben los niños? ¿recuerdan algo de la catequesis del año anterior referente al Adviento?
Para comprobarlo les hacemos unas preguntas:
– ¿Quién puede decir lo que significa el Adviento?
– ¿Qué tenemos que hacer durante estos días?
– ¿A quién estamos esperando?
– ¿Cómo nos tenemos que preparar?
Así damos pie a un diálogo entre los niños llegando a la conclusión de que…
Estamos esperando la llegada de Jesús.
Para ello tendremos que estar despiertos, vigilantes, con capacidad de conversión y esperanzados, transmitiendo alegría por su llegada.
– Actividad 1: Juez, Rey y Salvador
Material: hojas de papel, lápices, bolígrafos y pinturas.
Objetivo: que los niños lleguen a entender la importancia del Salvador y el significado verdadero de su obra.
Repartimos a cada niño una hoja y vamos diciendo a cada momento una palabra. Los niños han de realizar un dibujo que tenga que ver con esas palabras.
Las palabras son: JUEZ, REY, y SALVADOR
Les pedimos que den la vuelta a la hoja, nosotros les dibujamos por detrás una cruz y ellos tienen que escribir palabras que ese dibujo les sugiere. Dejamos que los niños hablen y nos expliquen su actividad.
Cada niño explica sus dibujos, en nuestra catequesis el resultado fue este:
- Sobre el juez, decían: Juez con martillo que representa la Ley, Juez con martillo sobre un púlpito con el símbolo de Dios, Juez juzgando al acusado, Juez como rostro de Jesús…
- Sobre el Rey: simbolizaron los reyes y reinas con coronas y joyas.
- Sobre el Salvador: los dibujos mostraban a Jesús como un bombero, como ángel, como un príncipe, como persona que salva una chica, como una persona que salva un gato…
–Para ver mejor los dibujos, pincha en ellos ¡unos artistas!
En el dibujo de la Cruz los niños escribieron: ESPERANZA, AMOR, SALVADOR, AMISTAD, APÓSTOLES, FELICIDAD, CARIÑO, JESÚS, PAZ, SACRIFICIO POR TODOS, SIGNO DEL AMOR DE JESÚS…
Dialogando con los niños y comparando los dibujos vimos que todos tenían en común que el Juez era alguien cuya misión era respetar la Ley, el Rey guiaba al pueblo y todo el pueblo debía obedecerle para guiarles por el mejor camino. Todos vieron en el Salvador a alguien que no sólo hacía cumplir, respetar, sino que además de eso, ayudaba, acompañaba, estaba a nuestro lado, nos aconsejaba, nos enseñaba el camino de salvación del pecado, nos encaminaba a Dios; y éste era Jesús.
En la actividad algunos ya lo vieron como Jesús, otros en forma de bombero, príncipe, ángel, persona que presta ayuda,… pero todo se aclaró al dar la vuelta a la hoja, ese es el verdadero Jesús, EL DE LA CRUZ.
Resumimos en tres frases cortas que…
– Los jueces, cuando los judíos llegaron a la tierra prometida, guiaron al pueblo en el nombre del Dios, fue tarea difícil porque el pueblo desobedeció.
-Dios eligió a reyes para que guiasen al pueblo rectamente. Tampoco lo consiguieron.
-Israel esperaba un rey, un mesías enviado por Dios, éste fue Jesús.
Continuamos la sesión diciendo:
“Estamos convencidos de que llegó el Salvador y como bien hemos dicho cada año conmemoramos su llegada, estamos a sus puertas, estamos en el Adviento”.
Hablamos sobre la palabra VIGILAR:
-¿Sabéis lo que significa?
-¿Os ha pasado alguna vez que os habéis quedado dormidos y os habéis perdido algo?
-¿Alguna vez habéis esperado con nervios que viniera alguien a vuestra casa?
-¿Sois atentos o aburridos? ¿os habéis quedado sin hacer algo por pereza?
Hay que vigilar pero no en el momento que sabemos va ocurrir o 5 minutos antes, sino SIEMPRE, cambiar el chip de nuestra vida.
Jesús está ahí. Jesús nos dice: “¡viene algo espectacular!” “¡no te lo pierdas!”.
Leemos Marcos 13, 33-37
«¡Cuidado! Estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Sucederá lo mismo que con aquél hombre que se ausentó de su casa, encomendó a cada uno de sus siervos su tarea y encargó al mayordomo que vigilara.
Estén pues atentos, porque no saben cuando llegará el Señor de la casa, si al atardecer, a media noche, al cantar el gallo o al amanecer. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Lo que os digo a ustedes, lo digo a todos: ¡estén atentos!»
Permanecimos un rato en silencio y quedó todo claro, lo que anteriormente se había tratado con esta lectura.
Para finalizar reflexionamos y nos centramos en otros aspectos que habíamos comentado antes… y es que el Adviento es tiempo de…
… de “vigilar”… lo que significa que es tiempo de “cambiar”.
Se dan cuenta de que el Adviento es una oportunidad para buscar dentro de cada uno aquello que pueden mejorar y cambiar.
Después de esta conversación con los niños, les comentamos que en la Eucaristía del próximo domingo se leería Mc 1, 1-8 en el que se habla de Juan el Bautista.
En forma de cuento resumimos esta cita:
“Juan el bautista vivía en el desierto, vestía una piel de camello atada con una correa de cuero, y comía saltamontes y miel silvestre. Era un profeta itinerante que proclama la salvación de Dios, movía a la conversión y predicaba el bautismo para el perdón de los pecados. Fue el último profeta del antiguo testamento, e Isaías lo presenta como: “la voz que clama en el desierto”, para preparar la llegada del Señor.
Juan predicó que bautizaba con agua y que vendría otra persona que bautizaría con el Espíritu Santo.
Todo lo subrayado por medio de preguntas queda bien aclarado realizando un diálogo con los niños…
TODOS TENEMOS ESA MISIÓN: PREPARAR EL CORAZÓN DE OTRAS PERSONAS PARA SU ENCUENTRO CON JESÚS. TODOS PODEMOS SER PROFETAS.
– Actividad 2: el reloj de Adviento (parte 1)
Finalizamos la sesión realizando la actividad manual del reloj del Adviento. Deben pegar cada sector en su sitio correcto y analizar los dibujos.
2.Tiempo de alegrarse, tiempo de esperar
Iniciamos la catequesis preguntando a los niños si recuerdan lo que realizaron en la sesión anterior, para así poder enlazar con lo que vamos a aprender en estas últimas semanas de Adviento. Recordamos los siguientes puntos:
- Significado de Adviento.
- Tiempo de vigilar y de cambiar.
Enunciamos que durante estas semanas vamos a tratar los temas de “tiempo de alegrarse y tiempo de esperar” y qué actividades que se van a realizar.
Los objetivos de la catequesis son:
- Conseguir tener el corazón alegra para recibir a Jesús.
- Ser testigos de la alegría de amor de Dios.
- Escuchar siempre con humildad.
- Acoger interiormente la palabra de Dios.
- Desear y esperar el encuentro con Jesús.
– Tiempo de ALEGRARSE
Para motivar esta catequesis realizamos las siguientes preguntas:
¿Qué cosas alegran tu corazón? ¿qué buena noticia te gustaría dar en tu casa? ¿Cuándo te cuentan una buena noticia te alegras? ¿piensas que la persona que te la cuenta se alegra también? ¿cómo puedes transmitir alegría?…
*Así conseguimos establecer un diálogo.
A continuación, utilizamos el cuento “El corazón más hermoso” para que los niños descubran el valor de la alegría. Una historia que nos enseña a entregarlo todo sin esperar nada a cambio.
«Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni manchas ni rasguños. Coincidieron todos que era el corazón más hermoso de todos los que hubieran visto. Admirado, el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar. De pronto, una persona señaló a un anciano y dijo:
-«¿Porqué dices eso, si tu corazón no es tan hermoso como el mío?»
Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y estos habían sido remplazados por otros que no correspondían, pues se veían bordes y aristas irregulares. Es más, había lugares con huecos donde faltaban trozos profundos. La mirada de la gente se sobrecogió. ¿Como puede él decir que su corazón es más hermoso?, pensaron…
El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír.
-«Debes estar bromeando,» dijo, «Comparar tu corazón con el mío… El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor.»
-«Es cierto», dijo el anciano, «tu corazón luce perfecto, pero mira cada cicatriz mía representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué tozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegra, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido. Hubo oportunidades, en que entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos, dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que estas heridas producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan mi esperanza.
-«¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?»
El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, a su vez arrancó un trozo del suyo y tapó la herida maltrecha del joven. El joven miró su corazón ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior».
Dejamos que los niños permanezcan un rato en silencio para reflexionar sobre el cuento.
Leemos la cita delEvangelio de San Juan (1, 6-8; 19-28):
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». Él confesó y no negó; confesó: «Yo no soy el Mesías». Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». Y le dijeron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?». Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia». Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Hablamos sobre lo que la lectura nos quiere decir (nos ayudamos de las las palabras en rojo) porque no hay que quedarse en los términos de forma superficial, sino que necesitamos profundizar e interiorizar. De estos versículos y sobre todo de las palabras en rojo aprendemos que la esperanza es gozosa, pues sabemos que viene ÉL, viene el que nos salvará.
Juan da testimonio de la luz de Cristo. Nuestra actitud debe ser reflejo para todos del amor de Dios. Estemos alegres y esperanzados con la venida del Señor.
-Tiempo de ESPERAR
Enseñamos este dibujo a los niños, y les hacemos una serie de preguntas:
-¿Cómo estaba la Virgen? Y ¿por qué?
-¿Cómo está el ángel? Y ¿por qué?
-¿Por qué es una noticia feliz?
-¿Qué significa ese SÍ?
-¿Esa sonrisa está siempre en nosotros?
-¿Y ese SÍ?
-¿Tenemos que vencer al NO?
ESTO SIGNIFICA HUMILDAD Y FIDELIDAD
A continuación, comenzamos una actividad en la que hemos invitado a los padres y madres de los niños a participar. En ella relatan su experiencia de paternidad y maternidad. (Previamente hemos avisado a los padres para que preparen lo que cada uno quiere contar, relatar, explicar o traer para ayudarse en el desarrollo de la actividad). Para ayudar a romper el hielo e iniciar la experiencia, planteamos lo siguiente:
-¿Cómo os enterasteis?
-¿Qué sentisteis?
-¿Lo deseabais?
-¿Qué supuso en vuestras vidas?
-¿Qué cambió?
-¿Tenías miedo de lo que pudiese pasar?
-¿Os pusisteis en mano de Dios?
-¿Tuvisteis Fe?
Como conclusión destacamos que la experiencia fue muy positiva tanto para la catequista como para los padres junto a sus hijos. No sólo sacaron a relucir momentos personales sino que descubrieron que en esos momentos de su vida estaba Jesús con ellos, y que durante todo momento esa presencia les dio fuerza para continuar y mantener el espíritu cristiano en sus vidas. Espíritu que en esta actividad quedó presente.
Relacionamos esta experiencia con la imagen de la Virgen María en el momento de la anunciación y encarnación, para ello se leyó el Evangelio de San Lucas (1, 26-38):
«En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró».
Tras escuchar las palabras de San Lucas, reflexionamos para profundizar en el mensaje del evangelista.
María madre:
Figura de la esperanza y de la acogida.
Está a la escucha con humildad.
Acepta la voluntad de Dios.
No teme y está alegre.
Responde un SÍ valiente.
Al reflexionar hacemos ver a los niños que:
“Nuestra actitud debe ser la de acoger con la misma alegría y humildad con la que María recibe el anuncio del ángel. Y vivir en la esperanza de encontrarnos con Jesús que vive dentro de nosotros, en nuestro corazón”.
Hacemos mención de la festividad de la Inmaculada Concepción cuya fiesta se celebra el día 8 de diciembre. Les recordamos la importancia que la Eucaristía tiene este día para comprender y afianzar todo tratado en estas sesiones de catequesis, en concreto, con la sesión de “tiempo de esperar”.
Profundizamos en la diferenciación entre anunciación y encarnación, y la alegría con la que María se dispuso a cumplir la Palabra de Dios.
– El reloj de Adviento (parte 2)
Finalizamos las sesiones de catequesis sobre el Adviento completando la manualidad del reloj de Adviento.
Los niños eligieron una oración para dar fin a esta sesión: el AVE MARÍA.
Como catequista me gustaría compartir la oración que se ha leído en la Eucaristía de la festividad de la Inmaculada Concepción. Os invito a que la leáis y la reflexionéis.
YO QUISIERA SER, MARÍA
Espejo donde, cuando yo me mirara,
viese que el Evangelio llamea en mi pobre vida
Aliento que, en el caminar por donde avanza,
fuera ánimo y temple para tantos hermanos
que necesitan un poco de sosiego y de esperanza.
YO QUISIERA SER, MARÍA
Palabra limpia, coma la que TÚ pronunciaste
al abrirse repentinamente y sin esperar
la cortina de tu humilde morada
pensamiento lúcido como el que TÚ tuviste
para que saber que, lo que venía del cielo,
no era sueño ni pesadilla
si no, entre otras cosas, Encarnación del Verbo
YO QUISIERA SER, MARÍA
Pies como los tuyos, que bien dispuestos y valientes
cubrieron la distancia que separaba a Dios con el hombre de la tierra
labios, limpios y prudentes,
que desvelen sentimientos de fe y de vida
de paz y de gloria, de obediencia y sencillez
YO QUISIERA EN ESTE DÍA, MARÍA
Decirte que eres Inmaculada, hermosa,
limpia y sin resquicio para la duda
Decirte que eres Inmaculada
es aspirar, aunque me digan lo contrario,
a lo que en tus entrañas acogiste
con dulzura, verdad y radicalidad evangélica
Amén