Jesús murió crucificado por nuestros pecados


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Vía crucis en catequesis de Primera Comunión. Parroquia Ntra. Sra. de Lluc

Para finalizar el tiempo de cuaresma, pensamos que es interesante realizar esta semana un vía crucis con la participación de todos, padres, niños y catequistas.

Antes de realizar el vía crucis, la catequista hace la siguiente serie de preguntas a los niños:
-¿Os habéis fijado alguna vez en lo que tienen las columnas de las Iglesias o en las paredes?
-¿Qué habéis visto? ¿qué creéis que es?
-¿Aparecen imágenes en ellas? ¿aparecen números en ellas? ¿qué muestran?
-¿Por qué aparecen cruces en todas ellas?
-¿Sabéis lo que significa vía crucis?
Establecemos así un diálogo con los niños, y a continuación les anunciamos que van a realizar todos juntos un vía crucis.

Un vía crucis para reflexionar, orar y acercarnos más a cada paso de la pasión de Jesús, y para entender los momentos de sufrimiento del Señor por nuestra salvación.

La catequista lee la letra de la canción “Nadie te ama como yo” y al terminar formula a los niños la siguiente pregunta:

¿Quién nos habla aquí?

Nadie te ama como yo

Cuánto he esperado este momento,
cuánto he esperado que estuvieras así.
Cuánto he esperado que me hablaras,
cuánto he esperado que vinieras a mí.

Yo se bien lo que has vivido, yo se bien
porque has llorado; yo se bien lo que
has sufrido pues de tu lado no me he ido.

Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo;
mira la Cruz, esa es mi más grande prueba.
Nadie te ama como yo.
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo;
mira la Cruz, fue por ti,
fue porque te amo.
Nadie te ama como yo

Yo se bien lo que me dices aunque a veces
no me hablas; yo se bien lo que en ti sientes
aunque nunca lo compartas. Yo a tu lado
he cambiado, junto a ti yo siempre he ido;
aún a veces te he cargado.
Yo he sido tu mejor amigo

Utilizamos esta canción en tres momentos del vía crucis. En concreto, entre las estaciones quinta y sexta, novena y décima, y despúes para terminar en la décimo cuarta, esto es, el entierro en el sepulcro.

La catequista entrega a los niños y padres un ejemplar del vía crucis, pues todos participamos de la lectura, y a su vez, va planteando una serie de preguntas con lo que los niños van leyendo en cada estación, para explicarles y enseñarles a reflexionar los momentos importantes de la Pasión, cada paso que dio el Señor hacia la Cruz y qué enseñanzas nos dejó incluso en sus caídas y en sus encuentros.

Una madre porta en sus manos la Cruz y a cada lado dos niñas llevan unas velas, detrás se forma la fila de todos los niños junto con sus padres. De esta forma recorremos todas las estaciones del vía crucis (previamente, en la sala en la que vamos a hacer el vía crucis, colocamos en las paredes las catorce estaciones, cada estación es un dibujo preparado por la catequista a partir del blog: www. imagenesreligiosasparadescargar).

VIA CRUCIS: EL CAMINO DE LA CRUZ

Vamos a acompañar a Jesús en este vía crucis siguiendo el mismo camino que Él recorrió llevando la Cruz por amor a cada uno de nosotros. Procura no distraerte y medita en cada uno de los pasos que iremos leyendo.

¡No dejes solo a Jesús!

PRIMERA ESTACIÓN: “JESÚS ES CONDENADO A MUERTE”.
Pilato condena a muerte a Jesús, que es inocente.
Cada vez que yo peco, no me comporto bien, también te condeno Señor.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

SEGUNDA ESTACIÓN: “JESÚS CARGA CON LA CRUZ”.
Él cargaba la Cruz con amor, porque cargaba con nuestros pecados.
Yo también tengo que cargar mi Cruz, que son todas esas cosas que me cuestan o me hacen sufrir.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

TERCERA ESTACIÓN: “JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ”.
Jesús se cayó, estaba agotado pero se levantó y continuó arrastrando la Cruz.
Se levantó y lo sigue haciendo para darnos ánimo y fuerzas cada vez que caemos en el pecado.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

CUARTA ESTACIÓN: “JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE”.
La gente se acercaba para ver a Jesús, para curiosear y le insultaban. Su madre, María, se acerca a Él y le acompaña. Sólo ella le consuela.
¿Quieres tú hacer como su madre y ponerte a su lado también? o simplemente eres un curioso.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

QUINTA ESTACIÓN: “EL CIRENEO AYUDA A JESÚS”.
Jesús no puede ya con la Cruz y Simón “el Cireneo” acude a ayudarle tras las órdenes de los soldados.
¿De qué forma puedes ayudar a Jesús? ¿cómo lo puedes aliviar en su cansancio? ¿cómo le puedes hacer la Cruz menos pesada?, mejora tu comportamiento y esa Cruz será más ligera.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

SEXTA ESTACIÓN: “LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO A JESÚS”.
Una mujer muy valiente se acerca a Jesús para limpiarle la cara, sucia de sangre y barro. No pensó ni en el miedo ni en la vergüenza, aunque otros se burlasen de ella.
¿Darías tú la cara también por Jesús? Piensa en cómo lo harías.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

SÉPTIMA ESTACIÓN: “JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ”.
La Cruz pesa de verdad. La cara de Jesús vuelve a golpearse contra el suelo. Pero en su amor por nosotros, quiere llegar hasta el fin.
Hay momentos muy difíciles y dolorosos en la vida pero el amor nos hace fuertes.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

OCTAVA ESTACIÓN: “JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES”.
Unas mujeres se acercan llorando. Estaban muy tristes por el sufrimiento de Jesús.
No es malo sufrir. Es malo vivir y morir en pecado.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

NOVENA ESTACIÓN: “JESÚS CAE POR TERCERA VEZ”.
Nuestros pecados hacen cada vez más pesada la Cruz, pero Jesús de nuevo se levanta. Él siempre está dispuesto a perdonarnos.
¿Señor, qué me ocurre? ¿me acomodo en mí porque sé que me perdonarás? ¿o soy fuerte y te ayudo a subir esa Cruz, quitándole carga pidiendo perdón?
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

DÉCIMA ESTACIÓN: “JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS”.
Cuando llega al calvario, los soldados le quitan su túnica y sus ropas, y se las rifan. Jesús sufre una inmesa vergüenza.
No dejes Señor que nos avergoncemos de nuestro ropaje. Nuestro mejor abrigo eres Tú. No nos dejes caer en la tentación de quitarlo y ponerlo según nos parezca.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

DÉCIMO PRIMERA ESTACIÓN: “JESÚS ES CRUCIFICADO”.
Con clavos en las muñecas y en los pies Jesús ya no se puede mover y poco a poco va diciendo sus últimas palabras.
Su mirada, su pensamiento y su amor van dirigidos a nosotros. Hasta el último segundo de su vida reza por nosotros. ¿Cómo puedo Señor darme a los demás como tú hasta el final?
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

DÉCIMO SEGUNDA ESTACIÓN: “JESÚS MUERE EN LA CRUZ”.
La muerte de Jesús en la Cruz, es un misterio muy grande. Su madre le acompaña a los pies de la Cruz.
¡Qué bello sacrificio Señor! Tu muerte fue para nuestra salvación. ¿De qué forma Señor podré seguir tu ejemplo?
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN: “JESÚS ES DESCENDIDO DE LA CRUZ”.
Momentos después de la muerte de Jesús la tierra quedó oscura y silenciosa. Aquél que daba alegría y amor ya no estaba. Él era la Luz y la Palabra.
Dile a Jesús a qué te comprometes, siguiendo su camino lleno de Luz, para que tu vida llena de tinieblas se ilumine.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN: “JESÚS ES SEPULTADO”.
Amigos fieles a Jesús recogen su Cuerpo y lo ponen en el sepulcro. La virgen conserva una gran esperanza en el corazón. Ella es la única que sabe que al tercer día resucitará.
¿Tienes una fe viva en el Señor? ¿crees de verdad en Él? Si es así, también un día resucitarás.
Lector: Señor, pequé.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.

La catequista concluye el vía crucis con estas palabras:

“El vía crucis no sólo lo vivió Jesús sino que cada persona tiene su vía crucis y ha de intentar seguir los pasos del Señor hasta en los momentos más difíciles, pues Jesús nos recuerda que siempre estará con nosotros y que los verdaderos cristianos son los que aunque pequen siempre piden perdón y perdonan.

Siempre que veamos una cruz parémonos a saludar y hagamos un rato de silencio y oración para hablar con nuestro amigo Jesús, nuestro Padre. Él siempre nos escucha y está a la espera de nuestra compañía”.

Todos los niños, los padres, y la catequista se cercan a la Cruz, se arrodillan ante ella y realizan la señal de la cruz.

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