La Legión de María en la Parroquia de Ntra. Sra. de Lluc – Especial 50 aniversario

En el año 1.967 comenzó a trabajar en esta Parroquia el movimiento de laicos «Legión de María».

Este movimiento nació en Irlanda, como asociación de seglares, el 7 de septiembre de 1.921, con la finalidad de que los laicos, como miembros activos de la Iglesia, se comprometieran en la evangelización insertados en las Parroquias. Más tarde el Concilio Vaticano II reconoció y motivó la importancia del seglar en la Iglesia.

«Actualmente el Papa Francisco nos invita constantemente a participar en la vida de la Iglesia

«saliendo a las periferias».

Un grupo de personas de distintas edades comenzamos a trabajar en esta Parroquia de Nuestra Sra. de LLuc en el referido año 67 y apoyados en la Palabra de Dios, los Sacramentos, la vivencia del propio grupo, y como no, en la Virgen María, fuimos formándonos con la finalidad de dar testimonio cristiano en la vida secular en la que nos desenvolvíamos (familia, trabajo, vida social…) y realizando, a la vez, un apostolado directo de acuerdo con las necesidades de la Parroquia y siempre con la conformidad de los sacerdotes de la misma. Hacemos mención especial al P. José Amengual Mayrata, sacerdote de los Sagrados Corazones, que ayudó mucho al grupo en general y particularmente a las personas que trabajaron durante muchos años con él. Nos ayudó a descubrir la importancia de la oración y la formación para que el apostolado fuera reflejo del amor de Dios a los hombres. Fue el director espiritual de los grupos existentes (dos de adultos, uno de juveniles y otro de niños) durante casi todo el periodo de permanencia de la Legión en la Parroquia (durante 40 años). Gracias de corazón a él y a toda la comunidad a la que recordamos con especial cariño.

«Nos gustaría destacar parte de la labor realizada a lo largo de todos los años de permanencia. Han sido muchas las experiencias vividas: momentos buenos de compartir con alegría la Palabra de Dios y a veces el dolor por la indiferencia con la que la han acogido, pero felices por poder transmitir lo que sentíamos y daba sentido al esfuerzo realizado».

Sería largo el comunicar todo lo efectuado en casi 40 años, por lo que hacemos una pequeña reseña de alguno de los trabajos realizados:

Uno muy importante para nosotros fue los «Pre-bautismales». Era difícil, por las ocupaciones de los padres, el reunirlos en grupo para poder dialogar sobre la implicación del bautismo de un hijo. La Parroquia nos encomendó este cometido. Nos poníamos en contacto con los padres y concertamos un encuentro (por supuesto estábamos a su disposición en el día y a la hora en que ellos podían, con lo que era muy difícil decir que no). El encuentro era de acercamiento como Iglesia madre, sereno, cercano, sin exigencia, sino con amor. Los frutos solo los sabe Dios, pero el agradecimiento de casi todos ellos fue palpable y como cristianos nos enriqueció.

Visitábamos los hogares tratando de llevar la Parroquia a las casas; fueron muchos los hogares que nos abrieron sus puertas, aunque no practicaran. Arreglábamos papeles (había muchos inmigrantes), visitábamos a los enfermos, dando sentido cristiano al dolor. Colaborábamos en Cáritas, en el Ropero, en Catequesis, en Cursillos Bíblicos… Los grupos juveniles (hasta los 18 años) visitaban hospitales, hablaban con jóvenes en el parque, daban catequesis etc. Tuvieron experiencias fuertes y positivas de acercamiento de jóvenes a la Iglesia.
En fin, estábamos a disposición de la Parroquia y hacíamos lo que nos pedían y más, pero sobre todo, a los que formábamos los distintos grupos a lo largo de los años en que permaneció el movimiento en la Parroquia, nos ayudó a crecer como cristianos y formarnos como laicos comprometidos. Salieron también del grupo matrimonios y algunas vocaciones.